miércoles, 23 de noviembre de 2011

La segregación y discriminación como forma de racismo

Como manifestación concretas de racismo, la segregación y la discriminación deben distinguirse desde un punto de vista analítico. la primera mantiene al grupo racializado a distancia y le reserva espacios propios, que únicamente pueden abandonar e determinadas condiciones, más o menos restrictivas; la segunda le impone un trato diferenciado en diversos ámbitos de la vida social, en la que él participa, de una manera que puede llegar a humillarlo. En la práctica, segregación y discriminación pueden combinarse, como hasta hace poco sucedía en Sudáfrica, donde el apartheid con llevaba también una organización económica de la producción que convertía a lo negros en un grupo socialmente dominado, además de segregado. Segregación y discriminación pueden tender también en algunos casos a disociarse, en el curso de ciertos procesos en los que una de ambas lógicas se impone a la otra.
Así por ejemplo la experiencia nazi se saldó no sólo con una segregación absoluta —guetos de Polonia, campos de concentración sino también en detrimento de la explotación económica, que se mostró cada vez más secundaria de cara al macabro proyecto de solución n final. La segregación inscribe el racismo en el espacio y marca la organización geopolítica de un país e incluso la de una ciudad. Perfila figuras espaciales, ya sea a través de los mecanismos sociales espontáneos, de las conductas individuales en las que movilidad social y movilidad residencial se entrecruzan sobre un trasfondo de racismo, o a través de la intervención de ¡as instituciones, locales o nacionales, de las leyes, de los reglamentos o de violencias más o menos toleradas por el poder político. Pero, de hecho, no toda segregación es necesariamente racial o impuesta, y la misma segregación puede prolongarse en lógicas en las que el concepto de raza es secundario y donde se imponen otras categorías, sociales y económicas más que biológicas o físicas.
La segregación racial no conduce a la participación, sino, por el contrario al aislamiento residencial, al término de un proceso que consta de cuatro etapas principales: penetración, invasión, consolidación y hacinamiento El racismo explica en buena parte la concentración de colectivos marginados en espacios segregados, abandonados por los grupos dominantes —lo que no implica necesariamente, en contra de una idea muy extendida, el hundimiento del mercado de la vivienda—, y la discriminación que sufren en el ámbito laboral, en el que ocupan empleos no cualificados y con salarios bajos, así como su exclusión en general de la vida política, local y nacional. Pero, en un determinado momento, la segregación, sobre todo la racial, se refuerza e incluso se prolonga en otras lógicas, sociales y económicas, obedeciendo a las cuales se constituye, en el seno de enormes bolsas de miseria, un sub proletariado cuya suerte ya no puede explicarse únicamente en términos de racismo.
Los ámbitos donde se ejerce la discriminación racial son numerosos y a veces se confunden con los de la segregación, que puede ser una consecuencia de aquélla. Así, al negarse a alquilar viviendas a los miembros de un grupo racializado, o al imponerles restricciones que los desaniman, al exigirles un precio mayor en igualdad de circunstancias, al orientarlos hacia determinadas zonas, los vendedores o los arrendatarios pueden muy bien adoptar una actitud discriminatoria que dará lugar a una segregación de hecho.
La discriminación en la escuela puede arrojar estos mismos resultados. Al dejar que los niños del grupo racializado se orienten hacia una escuela no necesariamente segregada, pero sí al menos eficaz o adaptada a sus dificultades específicas, al ofrecerles una escolaridad mediocre, se les proporciona también un futuro más difícil, menores oportunidades de promoción social y de acceso a los mejores empleos; en definitiva, se alienta su marginación o exclusión. 

Racismo y Violencia

Entre las formas de la violencia racista podemos mencionar las matanzas, linchamientos, pogromos, asesinatos y atentados. La violencia racista, por pequeña o fragmentada que pueda parecer, jamás es totalmente independiente del contexto político en el que se produce. La violencia, en efecto, está siempre informada o Condicionada por el carácter del sistema político o por el Estado, pero puede funcionar en otro plano; ella misma puede convertirse también en política, es decir, incorporarse al programa de fuerzas más o menos organizadas que la inscriben en el centro de un proyecto y de una acción directamente políticos.
Puede institucionalízarse en un Estado y Constituir un principio central de su funcionamiento Las líneas de demarcación entre estos tipos de fenómenos no están siempre claramente señaladas, y un buen número de experiencias constituyen casos intermedios, o que oscilan entre dos niveles. Dichas experiencias, por ese motivo, deben precisarse teóricamente y con firmeza.
La violencia política infrapolítica parece impulsiva, espontánea, fragmentada; hace acto de presencia en circunstancias’ particulares de relajamient0 de los Controles sociales y políticos: allí donde el orden del Estado es lejano, ausente, en situaciones fluidas, a través de fenómenos de masas, por ejemplo, en casos de revuelta; la imagen que ofrece es la de la explosión, la exacerbación, la resolución repentina de tensiones casi instintivas, sin premeditación Por el contrario la violencia racista política parece estructurada ideológicamente, organizada preparada está orientada canalizada, t’controlada y autocontrolada, impulsada por agentes que le dan forma concreta de manera más o menos consciente.
Esta imagen corresponde también a la violencia del Estado, cuyo carácter eventualmente desenfrenado no impide que pueda aparecer como fría y burocrática. La violencia racista nunca surge de la nada social; casi siempre apunta, directa o indirectamente a relaciones y cambios sociales, a fenómenos de movilidad y de decadencia, a movimientos de poblaciones así como a la constitución, al robustecimiento o a la prohibición de grupos autodefinidos por SU identidad, su nexo de unión religiosa, nacional étnico y, a fin de cuentas, racial.

Xenofobia aumenta en el mundo

La xenofobia y los sentimientos contra los migrantes han aumentado en el mundo, lo que se contradice con la política de países ricos de abrir sus puertas a mano de obra barata, denunció el relator especial de la ONU para los derechos de los inmigrantes, Jorge Bustamante.
"Ha habido un incremento de la xenofobia y de los sentimientos antiinmigrantes a nivel mundial, que tiene diferentes expresiones y niveles, pero es un fenómeno mundial", estimó el relator, de nacionalidad mexicana, en una entrevista durante una visita a España.
Según Bustamente hay una "contradicción entre abrir la puerta a la mano de obra de los emigrantes y cerrar la puerta a la admisión de esos emigrantes como miembros de la sociedad de destino de la inmigración".
El relator de la ONU, de visita para explicar en España la situación en el estado norteamericano de Arizona tras la aprobación de una nueva ley de inmigración considerada discriminatoria, denunció que el "ambiente de xenofobia" presente en varias zonas de ese país propicia "abusos" a inmigrantes a pesar de la suspensión de la ley.
Aunque los puntos más controvertidos de la nueva ley migratoria aprobada por el estado de Arizona (sur) están suspendidos por una juez federal, esa legislación "ha tenido consecuencias sociales", afirmó.
"Están ocurriendo situaciones que se derivan de ese ambiente de xenofobia, ese sentimiento antiinmigrante que predomina en el estado de Arizona y en otras partes de Estados Unidos y que conduce a condiciones de vulnerabilidad de parte de los inmigrantes y conduce a abusos", explicó.
Bustamante tachó de "racista" la ley por dar derecho a la policía a detener y expulsar personas "a partir de sus apariencias, y la principal apariencia es el color de la piel", criticó.
Además recordó que la aprobación de esta ley, que sigue a otras tomadas en el pasado en Arizona y en California (suroeste) "constituye una violación a lo que establece la constitución de Estados Unidos", que estipula que sólo puede legislarse sobre inmigración a nivel federal y no estatal.
En julio, una juez federal estadounidense bloqueó las partes controvertidas de la ley antiinmigrantes de Arizona, un día antes de su entrada en vigor, después de que la impugnara el gobierno de Barack Obama.
Pero Bustamante defendió el "respeto a la soberanía de las naciones y al derecho soberano que tiene cada país de decidir sobre sus leyes de inmigración".
Y sobre la expulsión de gitanos por parte del gobierno francés, la consideró "lamentable" por ser "totalmente contradictoria con la tradición humanista del pueblo francés, que ha condenado estas decisiones de expulsar y de perseguir de una manera específica a un grupo étnico como son los gitanos".